viernes, 20 de febrero de 2009

trabajo barrocco



















David Teniers el Joven (Amberes 1610 – Bruselas 1690). Pintor y grabador, hijo del también pintor David Teniers II o David Teniers el Viejo.
Fue artista flamenco de gran fama entre sus contemporáneos gracias a sus escenas de aldeanos (campesinos, granjeros, fumadores), que permiten compararle con maestros holandeses como Adriaen van Ostade, si bien opta por un costumbrismo más refinado. Otra de sus especialidades fue la de los monos pintores, donde mostraba a estos animales efectuando labores humanas.
Fue nombrado conservador de la galería del archiduque Leopoldo Guillermo de Habsburgo, gobernador de los Países Bajos (1647). En esta etapa, pintó varias escenas de gabinete, donde se mostraban las pinturas más destacadas del archiduque junto con personajes que acudían a verlas. Una de las mejores versiones de este tema (Museo del Prado) fue enviada por el archiduque a Felipe IV, seguramente para alardear de su colección. Otro cuadro de este tipo se localiza en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid. En realidad, Teniers no mostraba salones reales sino ficticios: acumulaba en un solo espacio muchas obras de arte existentes en salones o lugares diversos.







Época:30.10 - Siglos XVI y XVII. Barroco


































Michelangelo Merisi da Caravaggio: (Milán, 29 de septiembre de 1571 - Porto Ércole, 18 de julio de 1610), fue un pintor italiano activo en Roma, Nápoles, Malta y Sicilia, entre los años de 1593 y 1610. Es considerado como el primer gran exponente de la pintura barroca.
«Después de varios años de trabajo, Caravaggio pasó de una ciudad a otra sirviendo a varios señores importantes. Es una persona trabajadora. pero a la vez orgullosa, terca y siempre dispuesta a participar en una discusión o a enfrascarse en una pelea, por lo que es difícil llevarse bien con él».
Salvo en sus principios, Caravaggio produjo mayoritariamente pinturas religiosas. Sin embargo, a menudo escandalizaba y sus lienzos eran rechazados por sus clientes. Dos de los reproches habituales eran el realismo de sus figuras religiosas rozando el naturalismo temprano, así como la elección de sus modelos entre la gente de más baja condición.
En lugar de buscar bellas figuras etéreas para representar los actos y personajes de la Biblia, Caravaggio prefería escoger a sus modelos de entre el pueblo: prostitutas, chicos de la calle o mendigos posaron a menudo para los personajes de su cuadros. Para La Flagelación, compuso una coreografía de cuerpos en claroscuro con un Cristo en movimiento de total abandono y de una belleza carismática. Para el San Juan Bautista con el carnero, muestra a un jovenzuelo de mirada provocativa y en posición lasciva –se decía que el modelo era uno de sus amantes.